viernes, 14 de febrero de 2014

Kawanishi Baika

Voy acelerando, todo hay que decirlo. Creo que hace dos años que empecé esta maqueta y ya está acabada. ¡Toda una plusmarca!

No me ha quedado para enmarcar, pero bueno, algo he experimentado. Por ejemplo, los hinomaru no son calcas, sino que los realicé pintando primero en rojo y enmascarando el círculo después. El tren de aterrizaje está basado en el de los Ki-115, también desechable, y lo realicé con acero, al igual que el tubo pitot, de una broca de 0,5 que se me rompió perforando los discos de freno de la última Ducati que hice. El motor lo hice totalmente de cero, pues el original era una pieza sólida de resina y los pulsorreactores son básicamente un tubo hueco. En el interior no añadí mucho detalle... tan sólo cinturones al asiento, un reposacabezas y un pequeño panel de instrumentos.

El color era algo que no tenía muy claro. La mayoría de las representaciones de este aparato, y no hay tantas, lo muestran con el típico color naval verde junto con gris en las superficies inferiores. He optado por no añadir las franjas amarillas de identificación en el borde de ataque, puesto que los Ohka tampoco las llevaban.

La calca de la flor, la única que venía con la maqueta, es demasiado gruesa y no se ablanda ni a tiros. Si hubiese tenido ánimos debería haber barnizado en brillo y luego en mate para disimularla, al igual que los hinomaru, y de paso dar algo de envejecimiento, pero mejor que no... no quiero meter la pata tras lo que me ha costado llegar aquí. Además, se supone que estos aparatos, si hubiesen sido fabricados, no habrían tenido tiempo de desgastarse.

Pues nada, ya he acabado mi primera maqueta de resina. Junto con la decena que tengo empezadas, tengo otras dos de resina, y ya sólo me falta hacer alguna vacuformada. Creo que la próxima será también otra de resina. No tendrá mucho detalle, pero hay que hacerle prácticamente de todo.








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